MITO Las salas de los Tribunales son espacios honorables y solemnes donde los magistrados ecuánimes e imparciales, fungirán como árbitros entre las partes en debate, para llegar a la verdad e impartir justicia. REALIDAD Siempre hablando del caso que nos ocupa, el diván del psicólogo, se trasladó a la sala del tribunal y el juez ejerciendo abuso de poder, en su auto percibida “divina omnipotencia y omnisciencia”, se convirtió en médico, psicólogo, consejero, fiscal, juez, verdugo y sepulturero. En este caso en particular, Roberto Atilio Falcone quien era el presidente de la sala del Tribunal, se parcializó por completo sin cuestionar a las “víctimas” pero sí a los testigos de la defensa, y entre gestos de taimada cortesía y de déspota tiranía, se ocupó de inclinar la balanza en contra de los acusados. En la ejecución del debate, la sala de audiencias se movía entre las formas y las normas de la hipocresía, mientras que entre jueces, fiscales, abogados, secretarios, periodistas, “v...